La época colonial inmediatamente antes de los sucesos independentistas son dignos de estudio y admiración, con muchos temas para estudiar. Aquí te presentamos pregones y vendedores ambulantes: imágenes e información para descargar del 25 de mayo 1810. 

Vendedores ambulantes de la Época colonial 1810

En la época colonial no existían negocios ni supermercados, todo era ofrecido en las calles por los vendedores ambulantes, que ofrecían sus mercaderías con pregones que iban gritando por las calles de aquel entonces. Vendían todo tipo de cosas, desde empanadas, agua, leche, mazamorra, velas, etc.

Vendedora de empanadas

El aguatero

El motero

Vendedores ambulantes

 

Aguatero

Lechero

Farolero

Personajes de la época colonial

 

Vendedores callejeros

Aguatero

Lavandera

Personajes coloniales

Pregones 25 de mayo 1810 ( Imágenes y frases)

Como hemos dicho, los pregones eran los versos que gritaban los diferentes vendedores ambulantes ofreciendo sus mercaderías.

Aguatero

Agua fresca, clara y pura

para la doña y el don.

Aquí pasa el aguatero

y se va con su pregón.

Agüita fresca traigo del río,

para que tomen todos los días,

¡aguatero!

Agua para calmar su sed caballero,

agua de la mejor con poco dinero.

Agua fresca traigo del río,

tu cara sucia podrás cambiar,

si compras agüita para lavar.

Leche recién ordenada,

leche espumosa para usted,

mi linda moza.

Lechero

Soy el lechero,

mucho madrugo

y vengo a todos a despertar.

Traigo abundante y rica leche

para que puedan

desayunar.

Vendedor de velas

Vendo velas velitas,

para alumbrar a las casitas,

vendo velas velones,

para alumbrar los casones.

Vendedor de escobas

Yo soy el negrito Tino

que siempre pasa por acá,

vendiendo escobas y plumeros,

y nadie me quiere comprar.

Aquí llega el escobero

que la quiere ayudar,

mis escobas y plumeros,

si que barren de verdad.

¡Escoba, escobillón

para limpiar el piso

del gran salón!

¡Plumeros y cepillos,

escoba, escobillones

para limpiar el piso

de salitas y salones!

El sereno

Aquí vengo con mi antorcha,

para encender su farol.

La luz que pongo en su calle,

parece la del sol.

Soy el sereno,

siempre vigilo todas las calles,

de la ciudad.

Todo lo veo,

anuncio el tiempo,

y doy la hora,

siempre actual.

Vendedora de pastelitos

Yo soy la negrita Tomasa

la que cocina y amasa,

preparo ricos pasteles,

para comerlos en casa.

¡Pasteles calentitos

hoy no podían faltar,

para los mozos y mocitas

que hoy han venido a festejar!

Vendedor de empanadas

Empanadas bien sabrosas,

para las buenas mozas.

Empanadas bien calientes,

para todos los clientes.

Yo soy la negra,

tengo empanadas,

que a ustedes,

han de agradar.

A esta negra

nada la iguala,

en el oficio de cocinar.

Lavandera

A la ropa, ropa lavo

del señor y de la amita,

la mojo en el agua del río

y la saco bien limpita.

Voy caminando al río,

para lavar su ropita,

verá linda señora,

cómo le queda blanquita.

Mazamorrera

¡Mazamorra calentita

para llenar la pancita,

mazamarra, la mejor

para el negrito gordinflón!

Mazamorra dorada

para la niña mimada,

mazamorra caliente,

para la abuela sin dientes.

Otro pregón de aguatero

Tan dulce como el rocío

le traigo el agua señor,

un pedacito de río,

y aquí ando con mi pregón.

Agua, agüita fresquita,

para la niña bonita,

agua, agüita, cariño,

para que se bañe el niño.

Tan fresca como las rosas,

le traigo yo el agua a usted,

para que lave la loza,

para que calme su sed.

Agua, agüita fresquita,

para la niña bonita,

agua, agüita cariño,

para que bañe a su niño.

Más pregones

Vendo yo, vendo yo

todo lo que necesita,

llámeme,

porque siempre voy por estas callecitas.

Vendo pasteles dorados,

para los hombres casados.

Vendo pasteles caseros,

para los hombres solteros.

Quiénes eran los vendedores ambulantes?

 

La época colonial y el principio de su fin, por lo menos en las Provincias Unidas del Río de la Plata, no solo fue importante por los colorarios independentistas y sus batallas, sino por la vida pintoresca que aún hoy nos llama la atención. En ese sentido, los vendedores ambulantes eran propio de las ciudades, como la aldea puerto Buenos Aires, en aquellos entonces.

¿Pero quiénes eran y qué hacían los vendedores ambulantes? Eran una suerte de comerciantes que deambulaban por múltiples calles, desde las horas más tempranas, ofreciendo sus productos que iban desde velas, escobas, agua, leche hasta plumeros o comida.

Por ejemplo, el aguatero llevaba el agua que era la del río, mediante transportes rudimentarios, a tracción de bueyes o caballos, hasta la misma casa (el hecho de tener agua propia, mediante un aljibe, era un beneficio para poquísimos afortunados). El agua, naturalmente, como no era cristalina, debía permanecer en reposo casi un día y, muchas veces, se le colocaba un carbón en la tinaja para acelerar los procesos de purificación.

El lechero, quien en recipientes de barro u hojalata, y a caballo usualmente, llevaba a los hogares este producto esencial desde las estancias más cercanas, solían ser hijos de chacareros, muy jóvenes.

Curioso era quien vendía velas, ya que en un palo, desde sus extremos, aquellas colgaban y así las comerciaba.

Las mazamorreras, por su parte, llevaban su producto en pequeños jarros de lata y el mismo movimiento de ellas, al caminar,  ayudaban en el buen sabor del alimento.

El pastelero, usualmente negro o mulato, llevaba colgada una bandeja de madera en su cuello con su mercancía, que eran tortas, pasteles y otras golosinas.

El importante decir que los vendedores ambulantes, en su gran mayoría, eran de origen africano, quienes trabajaban una enorme cantidad de horas y rendían cuentas de manera absoluta a sus amos.

Naturalmente, existían muchos otros productos que se comerciaban, pero algunos de ellos, por ejemplo las carnes, solían estar depositados en mercados específicos, a los cuales los interesados se dirigían. Incluso, según muchos estudiosos, existían para la Buenos Aires de la revolución de Mayo una buena cantidad de panaderías.

Qué eran los pregones?

¿Y un pregón? Un pregón está íntimamente relacionado con lo anterior, porque es cualquier anuncio en voz alta, que se hace porque se entiende que tiene fines que pueden interesarles a muchas personas. Si bien el pregón podía tener carácter político o de alguna noticia de ultramar,  además de ser acompañados con música, aquí nos estamos refiriendo a aquellos que estaban vinculados con los mismos productos que disponían a sus potenciales usuarios los vendedores ambulantes: eran ofertas comerciales.

Por lo tanto, el pregón era sumamente importante, debido que llegaba a viva voz a muchas personas que escuchaban, algo adecuado en una época en la que no existían prácticamente medios de comunicación masiva (como hoy los conocemos), a excepción de ciertos periódicos.